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Disfunciones viscerales y dolor cervical: una conexión poco conocida

La cervicalgia es una dolencia que afecta a una gran parte de la población. Ya sea en forma de rigidez, tensión o un dolor agudo en el cuello, la mayoría de las personas atribuye su origen a las malas posturas, a una almohada inadecuada o al uso excesivo del móvil. Pero ¿y si existiera otra causa, más profunda y menos evidente? En la fisioterapia integrativa, abordamos esta dolencia desde una perspectiva más amplia, considerando factores internos que muchas veces pasan desapercibidos: las disfunciones viscerales.

¿Puede un órgano interno provocar dolor en el cuello?

Aunque suene sorprendente, sí. Según la visión que propone la metodología Fiit Concept, una disfunción visceral (es decir, un mal funcionamiento de un órgano sin necesidad de una enfermedad grave) puede generar un dolor reflejo en zonas del sistema músculo-esquelético, como el cuello.
Esto ocurre por las múltiples conexiones que existen entre los órganos y la columna vertebral a través del sistema nervioso, del tejido conectivo, de la circulación y de los reflejos neuromusculares. En otras palabras, el cuello puede doler sin que el problema esté realmente allí.

¿Qué órganos suelen estar relacionados con la cervicalgia?

A través de la experiencia clínica acumulada, y sustentados en los principios de la medicina oriental y natural, en Fiit Concept identificamos algunos órganos clave cuya disfunción puede reflejarse como dolor cervical:

  • Hígado: Su desequilibrio puede provocar una sensación de pesadez y tensión en los músculos del cuello, especialmente en los trapecios. Es habitual en personas con carácter autoexigente, que acumulan irritación o que viven situaciones que no pueden controlar fácilmente.
  • Vesícula biliar: Cuando se ve afectada, puede producir dolores reflejos en la nuca y región suboccipital, además de contracturas recurrentes. Emociones como la rabia contenida, la frustración o la amargura suelen estar detrás de estas disfunciones.
  • Estómago: Su influencia es menos común, pero puede generar tensión cervical en situaciones de digestiones pesadas o sobrecarga emocional relacionada con la preocupación o el exceso de control.

¿Cómo sé si mi dolor cervical tiene origen visceral?

Existen algunas pistas que pueden ayudarte a sospechar que el dolor no nace en los músculos ni en las vértebras cervicales, sino que es un reflejo de un órgano:

  • El dolor empeora en momentos de reposo o descanso (por ejemplo, al acostarte o al relajarte).
  • No responde a tratamientos convencionales como masajes, antiinflamatorios o ejercicios.
  • Aparece junto a síntomas digestivos, fatiga crónica o problemas de sueño.
  • Se acompaña de una sensación de “carga” emocional o conflictos no resueltos.

Estos signos pueden indicar que la raíz del problema está en un órgano estresado o saturado, que a su vez está generando tensión en la musculatura cervical.

¿Qué papel juegan las emociones en todo esto?

Uno de los pilares del Fiit Concept es entender que las emociones no son meras acompañantes de los síntomas físicos, sino posibles causas profundas de los mismos. Emociones no digeridas (como la ira, la tristeza, la culpa o el miedo)pueden afectar directamente al funcionamiento de nuestras vísceras.
Por ejemplo:

  • La ira contenida puede afectar al hígado.
  • La amargura o el rechazo persistente impactan en la vesícula biliar.
  • El preocupación constante sobrecarga al estómago.

Estas emociones, mantenidas en el tiempo, alteran el equilibrio interno del cuerpo, y este desequilibrio puede terminar manifestándose como dolor en el cuello.

¿Qué tipo de tratamiento puede abordar este tipo de cervicalgia?

La clave está en no limitarse al cuello. La fisioterapia integrativa basada en Fiit Concept propone un abordaje que va más allá de los síntomas:

  • Identificación del órgano implicado: Mediante un análisis de síntomas acompañantes y factores emocionales.
  • Toma de conciencia emocional: Entender qué vivencias, conflictos o patrones emocionales pueden estar afectando a tu salud.
  • Cambio de alimentación: Se introducen dietas depurativas o antiinflamatorias específicas según el órgano afectado.
  • Fitoterapia personalizada: Uso de plantas medicinales para regular la función del órgano implicado (por ejemplo, cardo mariano para el hígado o diente de león para la vesícula).
  • Ejercicio suave y automasajes: Diseñados para desbloquear la zona cervical y estimular el sistema nervioso autónomo.

Este enfoque es el que aplicamos en nuestro programa online para el tratamiento de la cervicalgia, que incluye todas las herramientas necesarias para que puedas comprender y tratar tu dolor de cuello desde su verdadera raíz, sin depender de tratamientos farmacológicos ni técnicas que sólo alivian temporalmente.

¿Cómo empiezo a cuidar mi cuello desde dentro?

El primer paso es dejar de pensar en el cuello como una zona aislada. A menudo, el cuerpo grita lo que el alma calla. El dolor cervical puede ser simplemente el altavoz de un conflicto interno o de un órgano que necesita atención.
Observar tu día a día, tus emociones recurrentes, tu digestión, tu forma de vivir el estrés… Todo eso puede darte pistas sobre dónde está el verdadero problema.
Y recuerda: si el tratamiento convencional no te da respuestas, tal vez sea hora de hacer preguntas nuevas.

Programa para el Tratamiento de la Cervicalgia

Junio 03, 2025

Junio 03, 2025

Albi